Estudio: no se puede culpar al porno por la D. E.

Publicado el 1 de septiembre de 2023, 2:34

Una investigación de laboratorio evalúa si un historial con el porno afecta las erecciones: no encuentra resultados.

Por muchos años, un mito perdurable ha inundado la Internet y ha sido difundido por la psicología popular. El mito sugiere que ver pornografía en la Internet lleva a los hombres a tener dificultades en lograr y mantener las erecciones, en especial cuando intentan tener sexo “real”. Esta afirmación también sugiere que la dificultad de lograr la excitación sexual los lleva a ver pornografía cada vez más “extrema”. Terapeutas sexuales e investigadores como yo mismo hemos planteado las preocupaciones acerca de este mito por varios años, por varias razones:

 

  • Esta teoría se basa por completo en experiencias subjetivas ocasionales. Sinceramente, los autoinformes de los hombres acerca de sus problemas eréctiles son tan confiables como sus informes relacionados a su sexualidad, es decir, no son para nada confiables.

 

  • Culpar a la pornografía de los problemas eréctiles, en lugar de a la masturbación CON pornografía, es algo extraño e ignora partes importantes de la conducta durante la masturbación, como el hecho de que, durante la masturbación, muchos hombres agarran el pene más fuertemente del que se puede lograr durante el coito. Este efecto es llamado “el agarre de la muerte” y se relaciona con disfunciones sexuales demostradas (pero no con problemas de erección). En vez de eso, la eyaculación retardada durante el sexo es la relación más común conocida a los altos niveles de masturbación con pornografía, sea por causa de “el agarre de la muerte” o simplemente por entrenar al propio cuerpo para durar más.

 

  • Las historias de miedo sobre la disfunción eréctil se basan en la ansiedad originada por el estigma que hay hacia los problemas de erección. Ese estigma está fundado en unos muy rígidos, limitados, ideales acerca de la masculinidad, los cuales sugieren que la erección de los hombres “significa algo”. Sugieren que, por ejemplo, un hombre que puede lograr una erección es más masculino que uno que no puede. Estas ideas ponen como centro de la masculinidad y de la sexualidad masculina, en únicamente una erección. Eso es muy simplista, perjudicial y un poco más que triste.

 

  • Culpar de los problemas eréctiles durante el coito a la masturbación con porno pasa por alto el importante hecho de que la masturbación y el coito son experiencias muy diferentes. Durante la masturbación, uno puede (y lo hacemos) dirigir la atención solo a uno mismo. Pero durante el coito, un buen amante balancea sus propias necesidades para atender a los de su pareja. Para los que no tienen experiencia, que son ansiosos, las relaciones sexuales en pareja pueden ser un gran reto. Las investigaciones continuamente encuentran que entre los hombres jóvenes, la ansiedad es la marca que predice los problemas de erección.

 

  • Otro importante predicador de los problemas de erección está presente en el sexo en pareja y ausente durante la masturbación: los condones. Es un triste y desafortunado hecho que el uso del condón predice las dificultades de la erección en los hombres, y es un factor que estorba el cumplimiento de las estrategias del sexo seguro. Pocos hombres usan condón al masturbarse, aunque esta es una estrategia que muchas veces he recomendado para ayudar a los hombres a acostumbrarse a la experiencia de la estimulación sexual con condón, y para aligerar los síntomas de ansiedad relacionados con el uso de un condón.

 

  • Por último, estos muchos mitos sobre la erección pueden ser iatrogénicos por sí mismos. Los sentimientos y miedos acerca de la erección de uno mismo, en realidad causan problemas de erección. Los hombres que sienten más vergüenza por ver porno, son los que más llegan a reportar problemas con la erección al tener sexo en pareja.

 

Por todas estas razones, y más, he estado diciendo por años que culpar a la Internet por los problemas de erección no es solo tonto, sino potencialmente dañino. Pero las anécdotas siguen aumentando. De hecho, parece que el activismo que hay detrás de estas ideas está creando más de estas anécdotas, mediante los efectos de la psicología social. Al final, sin embargo, un estudio se ha hecho donde se han puesto estas anécdotas en un examen científico real, medible. Si creemos que tales reportes subjetivos, anecdóticos, de los problemas de erección no pueden ser confiables, ¿cuál es la solución? Bien, necesitamos algunos investigadores atrevidos que salgan, muestren algo de porno a los hombres y que midan sus erecciones. Y eso es exactamente lo que hicieron estos investigadores.

 

En este estudio, dirigido por el distingido Erick Janssen, Miembro Investigador Superior del Instituto Kinsey y profesor en el Departamento de Neurociencias de la Universidad de Leuven, 211 hombres han sido examinados. Para un estudio de laboratorio con instrumentación precisa y medidas, esta muestra es muy grande y robusta. Estos eran hombres que tienen sexo con hombres, un grupo con el cual las preocupaciones sobre la hipersexualidad y el comportamiento sexual arriesgado han sido fuertemente estudiadas desde los días de la crisis del VIH (por favor, nota: los penes de los hombres homosexuales no funcionan de ninguna manera diferente a la de los hombres heterosexuales). Los investigadores usaron entrevistas de diagnósticos médicos especializados y cuestionarios para diferenciar a los hombres que cumplían el criterio de sexualidad compulsiva, o problemática, y 81 de los 211 hombres lo cumplieron. Luego, los investigadores mostraron a estos hombres una variedad de videos con imágenes, diseñados para provocar emociones positivas y negativas, así como películas pornográficas para provocar excitación sexual. Mientras veían estos videos, los penes de los hombres fueron monitoreados usando aparatos llamados galgas extensiométricas, que midieron la erección adecuadamente.

 

Los investigadores encontraron que ser catalogados como hipersexuales o no, no predijo diferencias en la respuesta eréctil. Así, los hombres con síntomas de problemas relacionados a la conducta sexual no parecieron tener más riesgos a los problemas de erección: problemas con la excitación o la erección no parecieron aportar a sus problemas de comportamiento sexual. Pero además, durante las entrevistas los investigadores recolectaron información acerca del uso de pornografía de estos hombres. Los análisis descubrieron que no hay ninguna relación estadística entre su uso de pornografía y su respuesta fisiológica a la pornografía, medidos en el laboratorio. Otra vez, para ser claros: en esta investigación, un historial de consumo de pornografía no afecta la capacidad del hombre para lograr una erección.

 

En este estudio, solo una cosa predice las respuestas eréctiles de los hombres: sus niveles de “excitación sexual”. Este es un constructo que mide cuán rápido y fácil una persona tiende a calentarse, y cuánto se esfuerza por frenar la excitación sexual. En conclusión (no me sorprende), los hombres que informan que se excitan sexualmente con facilidad y que no se esfuerzan mucho por eliminar su excitación sexual obtienen más excitación física, y las inhibiciones sexuales no cambian su ardor sexual. Este hallazgo replica un estudio de 2015, el cual también mostró que la respuesta sexual predijo la identificación como hipersexual y con el consumo de pornografía. Este estudio también examinó si había algunos hombres que sentían más excitación cuando experimentaban sensaciones negativas, como lo predice la teoría conocida como el modelo de control dual. Esta teoría sugiere que algunas personas sienten más excitación sexual cuando están deprimidas o estresadas, y que esto augura más sexo problemático. En este estudio, sin embargo, no se encontró ese efecto: no hubo diferencias importantes en cuanto a los diferentes estados de ánimo.

 

Estos descubrimientos muestran que, más que estar siendo distraídos por el uso de porno, podemos ayudar mejor a los hombres con dificultades de erección atendiendo los factores de motivación personal y de conducta. Estos hombres están, lamentablemente, bajo mucho dolor, padeciendo gran miedo y vergüenza, sintiendo que sus problemas con la erección son prueba de algo en ellos y su masculinidad. Están desesperados por respuestas y por alguna evidencia, algo que puedan controlar, para así eliminar este problema. Ellos merecen la ayuda. Pero desafortunadamente, la afirmación de que ver porno en la Internet es la que causa sus problemas parece estar desacreditado. Culpar al porno no ayuda a estos hombres. En vez de eso, identificar los elementos de la ansiedad, las actitudes sobre las relaciones de pareja y, es especial, examinar cómo se sienten estos hombres sobre su sexualidad y su excitación sexual debería ser el centro de un tratamiento de apoyo, así como ayudarlos a darse cuenta de que su miedo, ansiedad y vergüenza son los que, en verdad, están causando la situación que los tiene tan avergonzados y asustados. En vez de hablar del porno, empecemos a hablar de la persona.

 

Publicado el 8 de julio de 2020 por David J. Ley, para Psychology Today Revisado por Gary Drevitch

Enlace al artículo original: https://www.psychologytoday.com/intl/blog/women-who-stray/202007/study-porn-is-not-blame-ed.

 

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