¿Es adictiva la pornografía?

Publicado el 3 de octubre de 2022, 22:28

¿Es adictiva como las drogas? ¿Debemos tener cuidado con la producción de dopamina que genera?

Muchos hombres tienen miedo de que consumir porno los lleve a una espiral de desenfreno y que nunca jamás podrán salir de ahí. Otros se preocupan porque han escuchado que el porno produce un súper estímulo en el cerebro, lo cual lo modifica y lo daña permanentemente. Y no son pocas las organizaciones que, basándose es esta premisa de la adición a la pornografía, comparan el porno con las drogas y alegan que es igual de destructiva que ellos. ¿Qué es cierto y qué no es cierto de todas estar afirmaciones?

 

La dopamina

Tememos a lo que no conocemos. Y como no conocemos la razón por la el porno nos atrapa tanto, solemos pensar muy negativamente de ello y atribuirle poderes que no tiene. En un artículo anterior ya vimos que nuestro deseo por el porno es algo natural en nosotros, que te guste no significa que haya algo mal en ti. Entonces ahora desglosemos la idea de que el porno nos hipersexualiza y nos vuele adictos al sexo.

 

La principal razón que se da para presentar al porno como algo sumamente dañino, es la producción de dopamina que genera. Hay imágenes que muestran los estudios de los cerebros de personas que consumen mucha pornografía y de personas que no la consumen tanto; en ellas se muestra una actividad mayor en personas que consumen porno regularmente. ¿Qué tan factible es esta comparación?

 

Los estudios que se han hecho sobre la dopamina no muestran un claro ejemplo de que la pornografía sea adictiva por provocar una producción de dopamina exagerada o que, a causa de esa producción exagerada de dopamina, se inicie un proceso de tolerancia (lo que causaría que necesitaras cada vez más estímulos para producir la misma cantidad de dopamina).

 

Muchos de los estudios en que se basan no son sobre la adicción a la pornografía, sino sobre las drogas. Con las drogas es algo totalmente diferente. Las drogas sí llegan a tener agentes que causan una necesidad de seguirlas consumiendo, aunque te esté haciendo mal al organismo. Estas sustancias llegan a alterar la forma de interactuar de la dopamina con el cuerpo. En el caso del porno no hay ninguna sustancia real que ingrese a tu cuerpo vía tus ojos para hacerte dependiente a ello.

 

La dopamina es necesaria para nuestro cerebro, sin dopamina moriríamos. La cantidad de dopamina necesitada para que nuestro organismo funcione bien está fijada y es precisa.

 

¿Entonces no soy adicto al porno?

La respuesta que me atrevo a darte es: No. Como tampoco eres adicto a muchas otras cosas que te generan placer; por ejemplo, jugar videojuegos. Con todo esto, no quiero decirte que no tengas problemas con el uso que le estás dando al porno. ¿Veamos por qué?

 

Aunque el porno no es ninguna sustancia adictiva que cambie la forma de tu cerebro, eso no quiere decir que no conlleve una responsabilidad en su uso, como toda otra actividad. Por ejemplo, se suele culpar al porno por que te vaya mal en el trabajo. La culpa no es del porno en sí, sino de tu forma de usarlo. Si el porno está afectando negativamente tu trabajo, piensa en las razones. No es porque seas adicto, quizás sea porque has iniciado el hábito de ver pornografía en el trabajo y eso cause inconvenientes con tu jefe o tus compañeros de trabajo. O quizás no tengas ganas de hacer nada porque te la pasaste masturbándote toda la noche anterior, y vas a culpar al porno porque fue eso lo que te quitó las energías. ¿Has pensado que no fue el porno, sino que quizás haya sido la noche que pasaste en vela? No dormir en la noche afecta al ciclo del sueño y te hace sentir cansado todo el día siguiente (aunque duermas las 8 horas). Veamos otro ejemplo, ¿no te sientes bien contigo mismo porque eres un adicto al porno? Si eres religioso y eso te lleva a condenarte por ver pornografía y masturbarte, ten en cuenta que tu gusto por ese hábito es normal y, por lo tanto, ten más cuidado al estar expuesto en lugares donde te sea fácil consumirlo.

 

“Pero yo no puedo dejar de consumir porno y masturbarme”, quizás digas tú. Pero eso tampoco es por culpa del porno en sí mismo. Hay algo muy cierto en cuanto hablamos de hábitos, que son muy difíciles de desarraigar; cualquiera que sea. Hay hombres que se deleitan coleccionando figuras de automóviles; a veces hasta llegan a olvidarse de comer o dormir por centrarse tanto en su hábito de coleccionar. Pero muy poca gente lo criticaría, ¿verdad? O piensa en otro hombre al que le gusta ir a nadar. Puede que sacrifique tiempo, que de otro modo le dedicaría a su familia o amigos, para poder atender a su gusto. ¿Dirías que ese hombre es adicto a nadar? Hasta cierto grado diríamos que sí, pero la acción de nadar no es “adictiva” por sí misma, ¿verdad?

 

A todo esto, quiero decirte, depende de ti si el porno te está afectando. El poder de decidir qué hacer y qué no hacer, aún lo tienes tú. La pornografía y la masturbación no son más fuertes que tú. Y yo sé que es lo contrario de lo que nos dicen las mayoría de personas, que somos adictos y que estamos a la deriva de nuestros hábitos.

 

El porno no te va a arrastrar hacía ello descontroladamente como si tú no tuvieras ningún poder contra ello. Y en un próximo artículo hablaré de cómo podemos demostrar que somos más poderosos que el porno y la masturbación.

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios

Crea tu propia página web con Webador